jueves, 17 de marzo de 2011

Flotar

Mi esqueleto no siente la gravedad de este lugar,
el espiritu se elevo hasta donde nadie lo puede ya alcanzar
no se quiere arraigar a estos lugares
condensarse hasta arriesgar su verdad.

En cada sueño se elevaba inconsciente,
no esperaba a que el cuerpo pudiera reaccionar,
y ahí en donde te ves tendido sobre la cama,
conoces la otra mitad dimensión que coexiste en este lugar.

Más diferente cada vez.
Y con cada noche más difícil de volver,
de volver a despertar.
De sentirse real.

Y las respuesta no las tiene la gente común
por que esas no hacen nada más que escuchar
la verdad en sus mentes no tienen espacio
no reaccionan, por que ellos más que nadie, no quieren despertar.

Estracto

En los espacios se respira el vacío
inherente de toda confusión
en las paredes la vida escarbada
en que caímos, algún día, en donde la memoria ya no estaba.
Encaminada a secarse entre la nada, a establecerse más allá de lo común
y lo concreto no se escribe por que no se siente
son solo espectros de lo que no queremos ver.
Se ven sus ojos buscando entre el mundo
algo real con quien poder conversar
pararse en la arena sin hundirse, y contestarse a si mismo
para saber donde se quiere estar.
En los espacios se respira la soledad, de no amarrarse a linea señalada
y la propuesta fue aún más allá, es escabrosa en su sentido de verdad.
Sin respirar y sin sentirse preso en  la clandestinidad de poseer algún sentiemiento,
en la oscuridad alógena que se vuelve fría al mirar.
Es la vulnerabilidad que no se digna a mirar atrás.

viernes, 4 de marzo de 2011

CielosPsicodélicos


Cuando en las noches sales a recorrer
con los ojos marcados por las elocuencias
los estados se alborotan en la mente
y los sentidos se pierden como hormigas en tu cuerpo (el cerebro logra desparecer, como el acto mágico de no existir)
Cuando la noche se empieza a recorrer
puedes refrescar el aire con nuevas ideas
cayendo desde las consecuencias
el oscuro rostro provoca la cercanía
 en lo corrompido de no poseer desesperación.
Posesiones inconclusas
de laberintos sin salida
y me encuentro en el final
de lo que parecía normal.
Escondites revocados que no encuentro por memorizar
un solo lugar,
el lugar donde los ángeles
dejaron de habitar.

Porque la perdida de tiempo, para ti se volvió algo común en estos días,
la gente provocaba espasmos sin sentido a las revelaciones extendidas en el cielo,
y se dejaba encantar, tentar, seducir, sin control, sin amor, sin agotar jamás, la cuota de provocación.

Cielos psicódelicos buscándote entre la multitud.