Historia


Entre paredes escarbadas con mis propias uñas, aparecían grises los recuerdos de la enfermedad.
La enfermedad que se carga en el alma, no hay peor castigo que esta, la que posee los deceos reprimidos de años de angustia... la que logra anular tu libertad.
alguna vez se tuvo la oportunidad de amar, entre frases hermosas sacadas del jardín que entrega cortesía a las personas como yo.
Entre señales que solo comprende el alma se crean frases destinadas a entregar satisfacción a la persona a quien amamos.
Cuando se posee una historia tan hermoza y a la vez la más triste que he tenido que vivir... que se puede esperar de la vida.
En los días de enero comenzó a salir el sol para todos, pero más que un verano común, se percibía en el tenue aire la presencia que marcaría mi vida para siempre. Era la persona perfecta, todo lo que me podía gustar de un hombre, su voz se posaba en mi corazón como su mirada penetraba no solo mi mente, si no que mis sentidos, mi gusto por la vida, rozando la desesperación.
Su nombre se trnasformó para mi en la única palabra que se lograba formar en mi mente, que lograba dibujar mi mano y podía emitir mi voz.
Fué así como en la playa, no en una clásica tarde, si no que en una noche, en la que para mi la luna jugaba a ser cómplice y el bramar de las olas emitía para mi la seguridad que necesitaba mi espíritu para decir lo que sentía, lo encontré a él. Tan pensativo siempre, como si el mundo le hubiera pedido cargar con su dolor, aun así el era mi felicidad, mi mano temblaba en el momento en que toqué su hombro, en ese isntante los segundo parecieron desaprecer, los latidos de mi corazón detenerse y al momento de ver su rostro de frente, el mundo acabarse... y volver a renacer con el y yo, juntos en esa playa. no se como explicar el momento en que mi atrevimiento o en realidad los impulsos incontenibles que poseía mi alma se revelaron ante él y mis labios sin pedir previa autorización, sin pensarlo de alguna forma, actuaron obteniendo una respuesta cierta, real y verdadera fueron capaces de hacer evidente lo que con palabras no se puede explicar.
Después de un año lo tuve que ver partir de mi lado, tuve que ceder ante el destino que se imponía ante nuestros deseos y dejarlo marchar. Me pidío que dejara todo, pero hay veces en que el espíritu se vuelve de una forma racional y más que sentir, se piensa, y aunque no me fuí con él corría dentro de mi la angustia de que el amor que sentía nunca lo volvería a sentir por nadie, dentro de mi corazón encontraba el consuelo de sentir que nuestras almas estaban hechas la una para la otra.
Fué la noche que más lloré de toda mi vida, incluso comparada con muchas que vinieron después, fué la noche que entre sustancias y cosas que te hacen olvidar, pude encontrar la paz. Pero no solamente encontré eso, entre mi vacío corazón y la sangre que emanaba de mi, perdí el fruto de nuestro, lo que yo jamás supe hasta aquel momento, fué en ese entonces cuando las lagrimas y los gritos no eran suficientes, si no que el castigo más grande de mi vida había llegado provocado por mi.
Un mes después estaba con otro, quizá queriendo escapar del amor que aún atormentaba mi corazón, seguiamos hablando todos los días, hasta que poco a poco se terminó la conexión.
Un día supe que estaba viviendo con otra persona, luego que tendría un hijo con ella... y después de eso mis ilusiones se hiban rompiendo no lentamente, si no rápida y dolorosamente. La imagen del futuro que divisé algún día en aquella playa, el mar la volvía borrosa y la hacía despedirse de mis recuerdos.
Sobre un manto blanco la divise a ella, y a su lado la persona que más amé en este mundo, jurándose promesas entre amigos, familiares y aunque sin saberlo él... ante mi.
Y aunque cuando me vió su mirada poseía el mismo amor y ternura con que me miró la primera vez en aquella playa, yo entendía que todo había cambiado, su último besó fué lo mas amrgo que probé jamas y aun asi el más dulce que he sentido en toda mi existencia... después de todo el amor no asegura la felicidad.

La muerte hubiera sido mejor consuelo que la indecisión. Entre los viejos océanos ronda la idea de retornar al pasado y solucionar las deudas pendientes que no pudimos cumplir, porque más que promesas en las palabras que se dictan en un pacto de amor, no tienen cabida los arrepentimientos, pero las cartas están hechadas y el destino no se puede cambiar.

 (2007)

Para los que dicen que no soy romántica, la escribi hace mucho eso si, como tres años, alomejor en esos tiempos me nacía más lo cursi,  mmm yo creo que si (: