Estaba estrellada,
desintegrada entre confianzas fingidas
las palabras insistían
entre miradas consentidas.
No es inhóspito el vengarse
no es corriente acobardarse
en las elecciones no se pierde
ni se destruyen tus pilares.
Me pierdo un poco más allá
al costado de tu mundo
sin esperas, sin estar
sin conciencia de un lugar.
Y ahora huyo sin pensar
sin elegir este estado final
que me lleve donde no tenga que apartar
ni desechar alguna promesa fatal.
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