Calida caia mi mirada
sobre aquel paisaje tan vano y común…
el control de eclipsarlo y transformarlo
con tan solo los matices de mi voz.
En el lago, sobre el agua, en el vertice de su esplendor
impregnada de fragancias, de colores insasiantes,
espero a cada instante
tu aspera forma de demostrar tu amor.
Imborrables son los golpes que hay sobre mi imagen,
los que contruimos eternos, atada hacia tus pies,
transcurrió tanto tiempo antes de volver a ver tu rostro
que hoy aunque me atrevo, ya no lo logro reconocer.
El destello de la lluvia
se aferra sobre mi almohada
con ella vuelves para quedarte
consigo camina mi futuro errante.
Vuelve a ser lo que eras antes... nunca cambies para mi.
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