domingo, 12 de junio de 2011

Sal

Todo cabía en mi mano, el pasado, el presente, el futuro, la sonrisas, la lágrimas, la verdad, todas las mentira, todos los deseos, todas la aberraciones…

Hoy, como todos lo últimos meses, mi mente no forma frases ya sinceras para escribir, entonces tomé una parte de mi recuerdos, como parte de una necesidad de formar palabras, letras dispersas, la verdad, como parte de la terapia que me auto impuse hace muchos años atrás. Aquí es en donde trataba de recordar ese día que estaba sentada en tu cama, no se cual de los do más ausentes, no se cual de lo do más enterrados en días falsos, no se cual de lo dos inventándose su propia verdad, lo siento por no haber sido sincera, por guardarme lo que realmente sucedía, lamento tanto no sentirme culpable por todo lo que hice, lo lamento por que la realidad es que no valió la pena. Se escucha tan irreal ahora en mi cabeza... quizás por que nunca lo hablé con nadie, y pretendamos ser felices, por que tampoco nunca lo haré. Y eso no es parte de una disculpa, si no más bien una confesión sin que te encuentres presente. 
Lo siento por haberme ido esa mañana sin despedirme, y nunca regresar.


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Las consternaciones son eternas, son precedentes de la misma ira que aflora de un momento a otro, lo ojos se encuentran encadenados a la misma imagen una y otra vez, tan repetitiva que se vuelve familiar, que se vuelve parte de una vida entera, tan aferrada a su propia verdad que se concibe como imposible poder vivir sin ella, y la tomas como parte de un trofeo, como parte del ser.

Me volví transparente en aquellos días, tan transparente que vestía de agua, me derramaba por la calle, me perdía por lo rincones, bebía los demás charcos que rellenaban aquella oscura ciudad, por donde transitaba, por donde caminaba cada día sin todavía encontrar una razón para detenerme.
Nunca fue tan largo un viaje, nunca fue tan largo un recuerdo, nunca ha sido tan interminable una historia, creo que nunca se ha avanzado tanto sin moverse de un mismo lugar. Me quedo callada, eso era lo que sabía hacer, sabía solo lo que no debía hacer, en donde vivo...
un planeta imaginario dentro papeles gastados, dentro de letras inconclusas.

Me quedo callada, es lo que mejor se hacer.

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