sábado, 10 de abril de 2010

Ayer

Ayer te hablé y enloquecí.
Que diferencia a lo que siempre hago, más allá de buscarte
trato de respirara por ti
de entenderte y justificarte,
con todo lo que haces, con todo lo que dices, con todos tus sabores y todos tus matices.

Me vomitas tus excusas a los pies de nuestra cama
el refugio que encontramos cada noche, sin mirarte.
Yo quería estar contigo, sin ninguna explicación,
invocando entre la oscura percepcion de tus caricias a que te dieras cuenta que la que hablaba realmente no era yo.
En frente de mi tu estatua
tan profundas tus miradas...
me doblaba el alma y la paciencia y solo caía rendida, sin palabras.
No decia nada por respeto
al deceo que me embriaga,
pero en relidad no te queria... solo jugaba a que pasara el tiempo... contigo... sobre mi... sobre mi cama....

Y no se porque sigo analizando cada una una de tus llamadas
es que en realidad no me gustan las despedidad y me rehuso a que se acabe este encanto,en el que te miro y me enredas el alma.

Con el vapor calcinado de la fiebre de tu imagen
que se prensenta evocado en los altares que destruí.
Junté tantas heridas como piedras
en la ciudad en que fui a vivir,
era tu historia... tus mismas manos... solo queria estar contigo , sin decir nada, solo sentir...



Todo lo que senti ayer en solo un segundo, por ti.

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